Juana Marileo Llancapán, Educadora Tradicional y aprendiz en Curatoría de Semillas, reside junto a su familia en la comunidad Anselmo Quintriqueo del sector Repocura Central de la comuna de Cholchol, Región de La Araucanía. Nace en el seno de una familia con un gran arraigo en la cultura Mapuche, “porque mi mamá es Machi y mi papá es Dungun Machi (quien le habla a la Machi)” por ello, en su relato sobre el We Tripantu o Wiñol Tripantu, emergen una mezcla de recuerdos y vivencias de esta ceremonia, aproximándonos a conocer su valor para el Pueblo Mapuche.
Juanita se ha vinculado con ONG CETSUR desde el año 2014 en su rol de secretaria de la Agrupación Amuley Pu Zomo de Cholchol, principalmente través de la organización del Trafkintü anual de la Agrupación y, desde el año 2020, con su participación en la Escuela de Artes y Oficios sobre Curatoría de Semillas. El año 2019 ingresa a la Mesa de Mujeres Rurales de su comuna y, al igual que muchas mujeres campesinas que hoy están confinadas en sus hogares, ha logrado mantenerse conectada a través del teléfono para continuar trabajando en el resguardo de las semillas tradicionales en su territorio.
Sus respuestas ante esta entrevista no dejan de estar empapadas de emociones, dado el actual contexto de crisis sanitaria y política que se vive en el Wallmapu, sin embargo, enfatiza que su esperanza está puesta en las nuevas generaciones y en el rol que cumple como educadora tradicional en una escuela municipal de Cholchol, en donde junto a sus colegas hacen esfuerzos por transmitir los saberes de la cultura Mapuche con el fin de resguardarla y, por sobre todo, de fomentar el aprendizaje del Mapuzugun.
¿Qué es el Wetripantu y qué significado tiene?
El Wetripantu o Wiñol Tripantu, -para nosotros Wiñol Tripantu– es el nuevo año que se celebra del 21 al 24 de Junio, es un nuevo ciclo de la Tierra, en donde todo comienza a despertar, a brotar después del período de descanso. Todos los años lo celebramos, nos preparamos un mes antes, primero lo celebramos en nuestra casa y al otro día o el último día, que es el 24 de junio, se celebra en la comunidad con toda la gente del lof.
Esta ceremonia es muy importante porque involucra lo que es la tierra, todos los seres vivos e incluso a nosotros mismos, porque también para los Mapuche es un nuevo comienzo. El ser humano también renace, vuelve a brotar de nuevo su espíritu, es por eso que en la mañana del 24 de junio, a las 6 de la mañana, las personas se bañan en un río, estero o pozo cercano, y si uno se siente mal (enfermo) también se baña y las enfermedades desaparecen.
¿Qué recuerdos tiene de las celebraciones en sus memorias familiares?
Antes era muy diferente, se celebraba mucho más que hoy en día, se esperaba que llegaran las 12 de la noche con los abuelitos y abuelitas contando epew (leyendas) y piam (hechos reales), los que se iban transmitiendo de generación en generación. Recuerdo que hubo una etapa en que se comenzó a prohibir la celebración del Wiñol Tripantu, era solamente en las casas, en las comunidades ya no se celebraba porque era mal visto por las personas que se fueron involucrando más en la religión, y fueron dejando sus creencias mapuche.
También ante la ley era mal visto, porque no nos podíamos reunir, tenía que celebrarse entre la familia y casi escondidos. Pero hoy en día, gracias a todos los lamngen que han luchado para que podamos seguir viviendo como Pueblo, el Wiñol Tripantu se celebra en todas partes.
¿Cómo se realiza la ceremonia del Wiñol Tripantu?
Comenzamos con los preparativos, se compra el vacuno, se carnea y se hacen todas las preparaciones, después comienzan las invitaciones. Nos encontramos todos a las 6 de la mañana después del baño en el río, mis papás aún se bañan a esa hora, aunque no muchos lamngen lo hacen porque dicen que el agua está muy helada a esa hora. Después, a las 7 de la mañana se comienza con el Llellipun, que es la rogativa y se presentan el muday, el catuto y el mote, el Llellipun siempre se tiene que hacer de a dos, la misma cantidad de hombres y de mujeres, siempre par porque de esta manera se está en equilibrio.
Luego viene el Purrun, que es el baile, y finalmente el Mizagun, que es el espacio para compartir los alimentos. Todas las generaciones se hacen partícipes de la ceremonia, así van aprendiendo lo que se tiene que hacer para que no se pierda. Es harto trabajo… pero vale la pena hacerlo.
¿Se reconoce el valor de esta ceremonia, especialmente en su territorio?
El Wiñol Tripantu es valorado por las personas Mapuche que creen en su cultura, como también por personas winka que les gusta y reconocen su valor. Pero también hay winka y lamngen que no reconocen y valoran nuestra ceremonia, que no le dan importancia porque tienen muy desapegada su cultura, y por lo mismo no les interesa. Este desapego se ha dado más por el apego a las religiones winka pues, desde el punto de vista de la iglesia, se ve nuestra cultura como que hacemos un mal y los lamngen han creído eso. Nosotros fuimos mal mirados años atrás, cuando veían a la Machi haciendo su rogativa o celebrábamos el Wiñol Tripantu, decían que “andábamos brujeando”.
Con las nuevas generaciones ¿cómo observa esta relación con la cultura mapuche?
Hace 15 años que soy Educadora Tradicional, los primeros años que entramos a trabajar en las escuelas fueron muy difíciles, porque los niños eran muy apegados a la religión, entonces tuvimos que abrir camino, comenzar desde cero, porque habían niños que ni si quiera sabían saludar en Mapuzugun. Fui explicándoles a los niños que debemos respetar la naturaleza, que cada planta tiene un Ngen (dueño) y que hay que pedirle permiso. Eso ha ayudado mucho porque los niños tienen su mente más abierta, hoy saben lo que es la cultura Mapuche, el significado que tiene cada cosa y el valor que tiene cada elemento en la tierra para nosotros. A pesar de que ellos pertenezcan a una religión, saben lo que es la cultura mapuche y reconocen su origen.
En la actualidad, las comunidades mapuche piden un reconocimiento de su cosmovisión de sus creencias ¿Cuál es su opinión de esta situación?
Hoy los lamngen están sufriendo mucho lo que es la discriminación, porque no hay una mesa de diálogo en donde podamos conversar con el Estado, que es lo que están pidiendo los lamngen. Tampoco se trata de igual a igual al mapuche y al winka, ¿por qué el winka tiene que tener privilegios y el mapuche no? Por ejemplo, nosotros tenemos un Rehue plantado donde hacemos la ceremonia todos los años, también cada cuatro años lo hacen las comunidades, pero si viene una forestal y compra ese terreno o el Estado envía que se pase una máquina porque va a construir, no nos van a preguntar, van a llegar y arrasar con todo, mientras que para nosotros ese terreno es sagrado, porque puede ser muy buena tierra pero lo tenemos para hacer nuestras ceremonias.
¿Qué cree que es necesario para cambiar el actual contexto de conflicto y violencia en el Wallmapu?
Que nos escuchen, que se abra una mesa de diálogo con los lamngen que tenemos como representantes y que se puedan discutir los temas, esa sería la única forma de que nuestro pueblo y nuestra gente vivan tranquilos, una vez que se dialogue nuestro pueblo podría vivir en paz junto con los winka. Hoy en día hemos sido violentados, a muchos de nuestros lamngen les hacen allanamiento en sus casas, los sacan violentamente, a los niños y abuelitas también, el Estado no debería hacerlo porque también nos merecemos respeto.
En otros países los pueblos originarios también han sido arrasados o han tenido los mismos problemas que nosotros por defender su tierra, y por defender el agua. Cada vez que quieren hacer un embalse, hacer algo que sea para destruir la naturaleza nosotros estamos ahí defendiendo, porque sin naturaleza no viviríamos, sin agua no hay vida y hoy tienen todo contaminado, y eso es algo de lo que el winka -no todos- no se dan cuentan, porque buscan solo el dinero. El mapuche no vive de eso, nosotros vivimos lo que es el küme mongen, el vivir en paz con la naturaleza, pero ellos no entienden eso.
*Redactado por comité editorial ONG CETSUR, www.cetsur.org